Gran Café de París 2023. Cafeterías emblemáticas de Tánger. Meet me in Tangier
Cafeterías,  Gastronomía

Cafeterías de Tánger

Las cafeterías de Tánger merecen una atención especial

Una experiencia cotidiana que no deberías perderte

Cafeterías de Tánger. Meet me in Tangier

Los antiguos cafés continúan siendo un lugar emblemático y una seña de identidad de la ciudad y sus habitantes. Tánger, resultaría inimaginable sin sus numerosos cafés y terrazas pues la cultura social se continúa desarrollando dentro de ellos. Tánger, ya desde principios del siglo XX, disponía de una cantidad de cafeterías fuera de lo común; el Protectorado Español al inicio, y el Estatuto Internacional después, multiplicaron exponencialmente la oferta de este tipo de establecimientos en la ciudad, y ahora muchos de ellos centenarios. En la Medina existen cafeterías de todo tipo y tamaño, muchas sin terraza, aunque tanto fuera como dentro de ellas las cafeterías tienen, aunque decadentes, unos aires afrancesados, una clara herencia de su época internacional; en estas últimas los camareros continúan vistiendo camisa blanca con chaleco y pantalón negro. Curiosamente, su clientela suele ser local, tanto en su interior como en sus terrazas donde se fuma fuera y dentro. Cabe añadir que su público suele ser en su mayoría hombres. Unos esperan, otros se encuentran, otros se reúnen, otros charlan, otros chafardean y otros, ensimismados, ven pasar el tiempo. El tiempo nunca fue un problema en Tánger. El clima tampoco.

La oferta de las tradicionales cafeterías de Tánger se limita al té con menta, al café, al café manchado, al café con leche, al zumo de naranja natural y, naturalmente, a los refrescos tales como Fanta de naranja, Sprite y Coca-Cola. Lo dulce forma parte de la felicidad y el bienestar de gran parte de la sociedad marroquí.

Las cafeterías de Tánger son el lugar adecuado para conocer y tomarle el pulso a la ciudad y a su gente. En Tánger, las noticias no se leen, se escuchan. La información de la actualidad se debate y discute ante un ardiente vaso de té con menta dulce. Muy dulce.

A diferencia de la mayoría de países occidentales, en Marruecos, y particularmente en Tánger, la clientela de las terrazas de las cafeterías tradicionales suele sentarse dando la espalda a la pared y con la vista puesta a la calle, de manera que las sillas que miran hacia el establecimiento suelen quedarse vacías aun con la terraza llena. Los tangerinos son muy curiosos, y las noticias están ahí fuera, en la calle.

En las terrazas de las antiguas cafeterías de Tánger aparecen regularmente los limpiabotas y los vendedores de pistachos y almendras, en ocasiones embolsadas, y en otras en un puñado sobre la mesa; servicios estos que la clientela agradece. El café siempre se acompaña con terrones de azúcar sin envoltorio. El té con menta también, solo que ya lleva añadido el azúcar. Bendito azúcar.

Cada vez son menos las históricas cafeterías de Tánger que resisten el paso del tiempo aunque, afortunadamente, todavía perduran muchas de ellas tales como el Gran Café de París, Colón, Tingis, Mamounia, Fuentes, Central, Gibraltar, Mabrouk, Madrid, Liboute, Atlas, Gorfti, Baba, Hafa, Zagora, Metropole, Claridge, Esquima, Cristal Palace, Cristina, Roxy, Marhaba, Brasil, Du Parc, Mauritania, entre otras

Cafeterías emblemáticas

Las cafeterías, o cafés, han sido protagonistas y testimonio de la historia de Tánger

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Gran Café de París

Sin lugar a dudas, el café más emblemático y famoso de Tánger. El Gran Café de París se encuentra en plena Place de France, frente a los extraordinarios jardines del Consulado Francés. La Place de France fue el centro del Tánger Internacional y también del actual; desde allí se accede a toda la ciudad. La terraza del Gran Café de París viene a ser una privilegiada platea desde donde ver y conocer el auténtico Tánger; El espectáculo lo conforma un incesante movimiento de personas y vehículos; un ir y venir de razas, culturas y religiones; una cotidianidad vibrante a largo de todo el día. Un establecimiento muy vivo y frecuentado durante todo el día por locales pero también por turistas, residentes o no. Un punto de encuentro sin riesgo a perderse, quizá el más afrancesado.

En 1920 se abrió el Café París ubicado en la Place de France, esquina con la Rue Liberté y el inicio del Boulevard Pasteur. Fue promovido por M. Ernest Haller. El establecimiento que hoy día perdura, ocupaba la mitad del espacio que el actual. En 1930 el comercio de al lado cedió su local y se amplió, pasando a llamarse Gran Café París. Asistían a él una selecta clientela compuesta por abogados, periodistas, intelectuales o gente con un cierto poder adquisitivo.

Con el paso del tiempo, allí se dieron cita todos los protagonistas y personajes, famosos unos y anónimos otros, que configuran la historia de Tánger. Un café cosmopolita e internacional convertido en punto de encuentro de espías de todos los orígenes, siendo el café de guerras y de entreguerras con clientela de todos los bandos e ideologías.

Sin pretender ser un café literario allí coincidieron en el tiempo, y fuera de él, Djuna Barnes, Paul Bowles, Jane Bowles, Tennesse Williams, Truman Capote, Emilio Sanz de Soto, Gore Vidal, Carmen Laforet, Eduardo Haro Tecglen, Eduardo Haro Ibars, Cecil Beaton, Ángel Vázquez, Pepe Carleton, Rafael Neville, Jack Kerouac, William Borroughs, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Jean Genet, Mohamed Choukri, Samuel Beckett, Patricia Highsmith, Ian Fleming o Juan Goytisolo entre otros.

Otros famosos también frecuentaron el icónico café tales como Barbara Hutton, Cary Grant, Malcom Forbes, Greta Garbo, Winston Churchill, Douglas Fairbanks, Vivien Leigh, Peggy Guggenheim, Patty Smith, o los Rolling Stones entre muchos más.

Su representatividad ha sido inmortalizada en el cine en películas como 007 Alta Tensión o en la más reciente El Ultimatum de Bourne.

Ahora, convertido en un café popular, se erige como un símbolo del Tánger que fue y del Tánger que es. Su aire europeo le convierte en un escenario donde la pátina de la historia resulta evidente y su autenticidad es capaz de conservar un aire exquisitamente decadente.

Entrañable Gran Café de París …

Café Gibraltar

Café Gibraltar. Cafeterías de Tánger. Meet me in Tangier

El Café Gibraltar es una pequeña joya histórica que me descubrieron los tangerinos más locales, pues se remonta a la época del Protectorado y al Tánger Internacional. Situado en la Rue Semarine, entrando directamente por la Place 9 d’Avril o bien, desde la misma, accediendo a la Rue d’Italie a través de Bab Al Fahs -la puerta principal a la Medina- y a muy pocos metros a la derecha se encuentran los arcos de Les Deux Portes que también nos darán acceso pues hace esquina con estos. La continuación de la Rue Semarine es la Rue des Siaghines -antigua calle de los plateros- que es la que conduce al Petit Socco, o Zoco Chico. La pequeña terraza del Café Gibraltar es un remanso de paz desde donde se observa, en primera línea, la rutina local en un continuo movimiento. Muchos tangerinos frecuentan fielmente este café por encontrarse en un lugar estratégico desde donde controlar el paso de los demás; y es que el cruce entre la Place 9 d’Avril con la Rue d’Italie y la Rue des Siaghines no es poca cosa. Atiende un solo camarero que suele encontrase sentado delante de la barra, entre la clientela, eso si, vestido como es debido, y quien nos facilitará la llave del toilet cuando la precisemos. Cabe añadir que su aspecto continúa siendo el mismo de antaño, en ocasiones con mesas en la fachada, en otras ocasiones no; solo ha incorporado unos tejadillos y contrapuertas de madera -al igual que en casi todos los establecimientos de la Medina de Tánger por regularización municipal al estilo de la Medina de Fez-. Las escenas más efervescentes y auténticas de la Medina se viven desde allí …

Café Tingis

Aunque inaugurado hacia mediados de 1927, este café ha formado una parte importante del protagonismo de la ciudad de Tánger. Situado en la emblemática plaza del Petit Socco, o Zoco Chico, haciendo esquina con la Rue des Siaghines -antigua calle de los plateros- y la Rue Almohades, la que nos conducirá a la Kasbah. Originalmente, este espacio lo ocupaban dos locales distintos; el de la derecha fue una oficina de correos y telégrafos que con los años terminó por convertirse en un banco y finalmente en el Café Restaurant Tingis; el de la izquierda, desde 1900, era un establecimiento de moda textil llamado Au Grand París, más tarde Au Chic, tiempo después y nuevamente Au Grand París quien convivió como vecino del Café Restaurant Tingis durante muchos años. Posteriormente, el cierre y desaparición de la tienda Au Grand París permitió la ampliación del Café Tingis tal como lo conocemos actualmente. Desde sus inicios fue un lugar muy concurrido por europeos residentes, un lugar destinado a ellos. Con la depresión de la ciudad, a finales de los años ’50, dejó de ser un restaurante para centrarse como cafetería para atender a locales y visitantes. Curiosamente, las puntuales comidas que actualmente sirven en sus mesas lo hacen yéndolas a buscar a un establecimiento de en frente que nada tiene que ver con él; en ocasiones se ve hasta alguna «paella». Este café dispone de una completa perspectiva de la plaza del Zoco Chico desde donde presenciar su agitada e incansable vida. Su placa, imperturbable, continúa fijada en la fachada. Mucha historia y autenticidad que ofrecer en la plaza más famosa de la Medina …

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